Fundada en La Habana en 1882, Cuervo y Sobrinos se consolidó como una de las marcas más prestigiosas en la fabricación de relojes de alta gama y joyería fina. Sus productos no solo cautivaron a la élite cubana y a los turistas adinerados, sino que también fueron accesibles para todo tipo de clientes. Desde el chofer de la guagua hasta un ministro, cualquier habanero podía portar un reloj de bolsillo con la inscripción Cuervo y Sobrinos. Su famoso eslogan lo decía todo: “No importa las cifras que alcance su presupuesto. Un presente para cada posibilidad económica y un objeto para cada gusto”.
La marca colaboró con grandes casas suizas como Rolex, Longines, Roskopf y Patek Philippe, y comenzó a fabricar sus propios modelos en 1940, con el emblemático Tradition como emblema de la marca. Esta mezcla de precisión suiza y estilo cubano era, y sigue siendo, lo que distingue a Cuervo y Sobrinos. Tras la Revolución Cubana en 1959, la empresa fue nacionalizada y desapareció durante décadas, pero fue resucitada en 2002 por Marzio Villa.
Hoy, bajo el lema “Alma latina, marca suiza”, la marca goza de una posición única en el mundo de la alta relojería, combinando su identidad cubana con el prestigioso sello “Swiss Made”. Cada guardatiempo refleja esta fusión de tradiciones, ofreciendo relojes elegantes y singulares que trascienden el tiempo y las modas.